Notas sobre la Unión Europea (2)
Serie: Notas sobre la Unión Europea
El objetivo de estos breves artículos es el de dar informaciones básicas sobre la Unión Europea, que nos ayuden a conocer mejor nuestro entorno, y a comprender la trascendencia de participar en las Elecciones al Parlamento Europeo.
Las cifras de la Unión Europea (2): mi dinero no es tu dinero.
Esta segunda entrada referida a “las cifras” viene pesada: escribiré sobre el presupuesto de la UE.
¿Sabe el lector cuál ha sido el presupuesto europeo para 2013? ¿Alguna idea? Agárrese: 152.000 millones de euros. Para la personita de la calle, como mi lector o yo, una barbaridad, una cantidad inimaginable. Pero si esa personita resulta curiosa y comienza a hurgar un poco… se da cuenta que es una cifra ridícula. No le preguntaré si tiene alguna idea sobre lo que el Estado español ha transferido a Comunidades Autónomas y Ayuntamientos en 2013, se lo digo: unos 100.000 millones. El presupuesto total de España para el año anterior, si mis cálculos no me engañan, estaba cerca de los 600.000 millones. ¡Y estamos en “crisis”!
¿De dónde sale este dinero? En su mayor parte (más del 70%), de los Estados Miembros; el resto, de recursos propios: impuestos, una parte del IVA, y otros ingresos. Pero en los 60 años de existencia de la Unión (y sus diferentes antecesores) no siempre fue así, y seguramente nunca se quiso que fuera así. Desde el comienzo los Estados Miembros plantearon que esa superestructura que habían creado debía financiarse con recursos propios. Pero muy pronto se vio que no era suficiente para cubrir con los presupuestos, y a través de diferentes mecanismos se fue regularizando esta suma de contribuciones nacionales.
Tal vez a primera vista pueda dar igual, al ciudadano de a pie, cómo se reúne el dinero necesario para financiar el presupuesto europeo. Sin embargo, me importa llamar la atención sobre dos importantes consecuencias del hecho de que la mayor parte de esa financiación provenga de los presupuestos nacionales. Una, ha dado paso al terrible juego de los contribuyentes netos y los beneficiarios netos. Al que compara cuánto se paga y cuánto se saca. O sea, un juego individual, en el que el interés colectivo europeo simplemente desaparece. Y otra, que los Estados Miembros, y más en particular aquellos que en un momento determinado son contribuyentes netos, se sienten dueños de la sartén, y del mango. Y que por lo tanto pretenden decidir más que los demás sobre cómo se distribuye ese dinero, y también sobre qué limites debe tener la financiación europea.
Por estas y muchas otras razones, el Consejo del Partido Verde Europeo reunido en Madrid en 2013 hizo hincapié en el Presupuesto europeo y, entre otros argumentos que veremos más adelante, expresó:
(El Consejo del Partido Verde Europeo de Madrid) Afirma que el presupuesto de la UE debe ser financiado por recursos propios, tal como está establecido en los Tratados.
Apoya decididamente, por lo tanto, la propuesta de la Comisión para ampliar las fuentes propias de financiación de la UE, y la introducción del Impuesto a las Transacciones Financieras financiando directamente el presupuesto de la UE.
Apoya (asimismo) la introducción de otras fuentes propias de ingresos provenientes por ejemplo de impuestos al carbón y/o a otras energías, un impuesto a los billetes de avión y/o un impuesto común consolidado a las corporaciones, de manera que financien directamente el presupuesto comunitario y al mismo tiempo reduzcan en parte las contribuciones nacionales.
Lo siento, no he terminado con el presupuesto. En el próximo artículo, nos detendremos también muy brevemente en conocer cómo se distribuye: ¿qué se hace con todo ese dinero?