Notas sobre la Unión Europea (3)
Serie: Notas sobre la Unión Europea
El objetivo de estos breves artículos es el de dar informaciones básicas sobre la Unión Europea, que nos ayuden a conocer mejor nuestro entorno, y a comprender la trascendencia de participar en las Elecciones al Parlamento Europeo.
Las cifras de la Unión Europea (3): Diez para ti, cinco para ti,…
Pueden mis improbables lectores (dixit Manuel Rodríguez Rivero) echar una mirada al archivo de esta serie de notas para recordar a cuánto ascendía (y también descendía) el presupuesto europeo de 2013. Más rápido es recordarlo aquí: unos 152.000 millones de euros.
Ha resultado sumamente interesante volver a mirar los presupuestos comunitarios después de algunos años. Porque llama la atención el esfuerzo que ha hecho la Comisión Europea para lograr presentarlos de una manera que parezcan no sólo muy bien distribuidos, sino que aprovechan a resaltar los objetivos de su famosa Estrategia 2020 (sobre la que ya habrá ocasión de escribir).
Dice la Comisión que en 2013 se ha dedicado casi un 50% del presupuesto a un objetivo tan incuestionable como el del “Crecimiento Sostenible”. Le sigue otro gran capítulo que llaman “Recursos Naturales”, que se lleva casi un 40%. Entrando en algún detalle, digamos que estrictamente entre estos dos capítulos esenciales se ha repartido el 83 % del presupuesto comunitario de 2013.
Las migajas restantes van a otros tres capítulos; dos, operativos (“La UE como actor mundial”, 6,4%, y “Ciudadanía, libertad, seguridad y justicia” (un tarro que habrá que destapar para ver qué contiene realmente), 1,4%; y uno, el de gastos de administración (de todas las instituciones europeas): 5,6€ (muy razonable).
Tuve que entrar en los detalles para reconocer los presupuestos que yo recordaba, aquellos en que sobresalía como un golpe en la cara el 50% dedicado a la Política Agrícola Común (PAC). ¿Dónde ha quedado la PAC en la actual manera de presentar los presupuestos? Pues en una de las subdivisiones del capítulo dedicado a “Recursos Naturales”, el que las políticas para el agro y la pesca estrictamente consideradas aparecen con 44,000 millones. Euros acompañados por otros 15.000, dedicados a “Desarrollo rural”. Total, un 36 % del presupuesto. Con tal peso presupuestario, la PAC merecerá un artículo específico.
¿Y dónde están los recursos dedicados a mejorar las diferencias económicas y sociales entre países y regiones? Esto es más sencillo: bajo un título lógico y claro: “Cohesión para el crecimiento y el empleo”, una parte del primer capítulo, el de “Crecimiento sostenible”. Encontramos entonces aquí nuestros viejos conocidos, el FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional), el FSE (Fondo Social Europeo), y otros, más los Fondos de Cohesión, con algún etc., todo ello llegando al 35% del presupuesto comunitario de 2013. La otra parte de aquel primer capítulo se llama pomposamente “Competitividad para el crecimiento y el empleo” y resulta agraciada con ¿qué premio? (ya me perdí en la lista)… unos 16.000 millones; de los cuales poco menos de 11.000 para I+D. No parecería estar muy mal, pero depende de con qué lo comparemos. Y con qué criterios se distribuye: buena parte de esos fondos van a parar a multinacionales – en principio, para áreas de investigación que requieren largos plazos y elevadas inversiones.
¿Se podría distribuir mejor este pobre presupuesto comunitario? Los verdes europeos opinamos que sí, y lo dijimos de esta manera en el Consejo de Madrid de mayo de 2013:
Pedimos un importante incremento del presupuesto de la UE comparado con los niveles de 2013, manteniendo como mínimo la actual proporción entre el Marco Financiero Plurianual y el Producto Interior Bruto europeo; insistimos por lo tanto en concentrar los incrementos en los sectores de políticas orientados al futuro, en particular en investigación e innovación, infraestructuras y en las tres áreas de solidaridad (intergeneracional, intra-europea e internacional). Una opción para incrementar el presupuesto es la de desplazar subvenciones que promueven el calentamiento global hacia inversiones que, en cambio, promuevan una economía verde.
Pedimos un incremento sustancial del Fondo Social Europeo para combatir el desempleo y la pobreza; ponemos énfasis en que el fortalecimiento de las iniciativas que combatan el paro juvenil debe concretarse en un incremento presupuestario (15 a 20.000 millones de euros).
Insistimos en la necesidad urgente de modernizar y reverdecer los contenidos de todas las políticas sectoriales europeas, en particular las de la agricultura, la de cohesión, y las de investigación e innovación, al mismo tiempo que se debe detener el apoyo de proyectos insostenibles financiados por la Unión Europea como el ITER.
A medida que profundizamos en las actividades de política europea van surgiendo nuevos aspectos, nuevos focos de debate, y nuevos temas para que vayamos conociendo mejor qué es la Unión Europea, cómo funciona, y porqué es tan importante en nuestras vidas. Continuaremos nuestras indagaciones en próximas notas.